CONTROLEMOS NUESTRAS EMOCIONES
- Alfons Riera
- 8 abr 2024
- 1 Min. de lectura

El mediador, como gestor del proceso de mediación, conoce a la perfección las interacciones que pueden surgir entre las emociones, los sentimientos y los conflictos y le permite regular adecuadamente las propias emociones y reconocer las de las partes, a fin de ayudarles en la “limpieza emocional”, que permita la desescalada del conflicto y una comunicación eficaz que lo transforme y redireccione hacia un camino constructivo.
Sin este proceso, difícilmente se llegaría al acuerdo de “ganar-ganar”, que se persigue en todo proceso de mediación.
A titulo de ejemplo, ¿cómo nos afecta la emoción del miedo?
Cuando hay un posible peligro, la información llega al cerebro por dos caminos:
Uno, largo, consciente, racional, que analiza con calma la información.
Otro, que es como un atajo, inconsciente y automático, que va directo a la parte más emocional del cerebro, donde se dispone la huida o el ataque sin que nosotros demos la orden para ello.
Si repetimos nuestra manera de reaccionar, nuestras respuestas, nuestras acciones... el cerebro las memoriza y automatiza. Se convierten en actitudes, hábitos y van a la “mochila educativa”, siempre capaz de admitir cambios y mejoras.
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